Observaciones y conclusiones:
Hemos utilizado unos pocos recursos y bastante tiempo en trasformar un aceite que teníamos reservado para jugar en las ligas inferiores y hemos conseguido que ascienda de categoría. El aceite de oliva no es frecuente en América, (a excepción de Chile), donde su uso es minoritario, es de los más resistentes y pese a que al eliminar todo aquello que no nos gustaba hemos eliminado también parte de sus excepcionales cualidades, todavía queda algo de su escualeno y su tocoferol inicial, hemos conseguido un aceite muy limpio, algo más claro que el virgen, libre de olores indeseables y perfectamente utilizable a la hora de hacer un jabón de uso personal. No obstante, una adición de vitamina E extra, como conservante no estaría mal, la dosis entre el 0.02% al 0.2% del peso.
En el mundo del jabón existen dos teorías: por un lado quienes piensan que las cualidades de un jabón cosmético vienen dados por todos los aceites que entran a formar parte de la saponificación junto con sus insaponificables y los que piensan que los aceites determinan mediante sus ácidos grasos las características de dureza, limpieza, suavidad, espuma… y las propiedades vienen por el sobre engrasado y añadidos tras la traza. Si me tengo que mojar me incluiría en el segundo grupo.
He sometido al aceite a algunas mediciones, el color se puede apreciar a simple vista que hemos conseguido eliminar los tonos marrones para dejar un color algo mas amarillo, no he podido calibrar la luz con los aceites para dar una medida de RGB correcta, en la foto corresponde la zona izquierda al refinado, central al sucio y el virgen a la derecha.
Fue el carbón activo el responsable de la eliminación de aquellos compuestos colorantes que le daban tonos marrones. No quise desperdiciar la oportunidad y sometí a una filtración posterior a una muestra de nuestro aceite refinado tras mezcla y agitación con bentonita. El resultado no fue el esperado y he de decir que apenas sufrió decoloración.
Limpieza. Observando muestras de los tres aceites sólo se apreció cuerpos extraños en el aceite usado como cabía esperarse pues tanto el refinado como también el virgen han sido sometidos a filtración, éste último para separar el aceite de los alpechines y alperujos (mezcla de piel, hueso, agua…) , bien mediante prensado y decantación o modernamente mediante centrifugadoras.
Trasparencia. Mediante un software de medición de luxes y con el luxómetro del teléfono móvil (yo lo tengo calibrado con uno profesional) es relativamente sencillo medir la transparencia de los aceites, para ello atravesamos los mismos con una fuente de luz que incida en el sensor del celular y medimos los luxes que le llegan, cuanto menor sean los valores, más sustancias que absorban, reflejen o dispersen existirán y por tanto más turbio será. Los valores (promedio de varios ensayos) encontrados fueron:
- Aceite virgen extra 720 luxes
- Aceite sucio 605 luxes
- Aceite refinado 805 luxes
El resultado es concluyente, nuestro aceite refinado es el más trasparente.
Vamos a averiguar el grado de acidez de nuestro aceite después de haber sido usado para cocinar y habérselo sometido a todos nuestros procesos. El grado de acidez es la relación existente entre moléculas de ácido oleico libres y el resto de triglicéridos (considerándose al aceite de oliva como si sólo tuviera oleico ). Para ello neutralizaremos una disolución alcohólica de aceite al que le habremos añadido un producto que cambia de color cuando cambia el pH (¿recordáis el articulo de la malvina?), luego lo que haremos será algo que vosotros y vosotras hacéis normalmente para hacer jabón que no es sino neutralizar con alguna lejía como la sosa o la potasa (hidróxidos sódicos o potásicos) cuidando de anotar de una manera precisa cuanto hemos gastado para que vire de color. En el vídeo lo veréis mejor.
Por fin, no se me ocurre ya otra cosa que hacer más que proceder a una inspección organoléptica, es decir, oler y probar el aceite. (Igual que con el vino existen catadores de aceite). En cuanto al olor, casi no huele a nada, ha perdido los malos olores que lo acompañaban, pero también ese olor tan especial del aceite virgen que tanto me gusta. El sabor es más de lo mismo, porque está de un insípido que he tenido que acompañar la rebanada de pan con una loncha de jamón. No pretendíamos emplear el aceite para cocinar otra vez, como decía al principio del artículo el objetivo era darle a nuestro aceite una segunda oportunidad para algo tan útil, bonito y creativo como es una pastilla de jabón.
Dejo al debate, pues no tengo datos, el uso de este aceite para la realización de extractos donde el aceite de oliva es empleado preferentemente, como pudiera ser el caso de los macerados de Hipérico, Árnica o Cannabis. Si es el oleico el responsable de esa mejor extracción, el hecho de tener una acidez algo mayor no parece un problema, por el contrario, si existiera una sinergia del ácido graso junto con los insaponificables y estos se han perdido en gran parte, no conseguiríamos una buena extracción. Si existieran aportaciones documentadas editaré la entrada.
Bibliografía
Física. Resnik -Halliday
Valoración ácido-base MºPaz García
Aceites de Jaen
Gracias! Me quedo con la duda. Cuál sería el riesgo de usar el aceite usado sin todo este tratamiento para uso cosmético?
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Mucho me temo que sería una irresponsabilidad. Desgraciadamente el proceso de reciclado lo que pretende es eliminar determinadas sustancias que pudieran alterar su uso en la elaboración de jabones por ejemplo, pero todo lo que hacemos para eliminar sustancias nocivas también elimina lo que pudiera quedar de compuestos favorables cosméticos (escualeno, vitaminas,, insaponificables …), pero utilizarlo sin realizar un proceso de reciclado sería incluso peligroso para la piel. Una saponificación para jabón de ropa, suelos, etc…podría ser una opción. Salud
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