En el anterior artículo veíamos que existían 2 procedimientos en los que necesitábamos medir el pH de manera frecuente: el proceso de curación del jabón casero y el de realización de emulsiones en cosmética casera. Veamos a continuación el primero y en el siguiente capítulo hablaremos del segundo y de los pHmetros.
Vamos pues con el primero: me refiero al jabón casero elaborado por el procedimiento en frío, en el cual tras la elaboración mediante el proceso de saponificación de los aceites con lejía (sódica o potásica) y trascurrido un tiempo (curación), generalmente entre 30 y 45 días, la alcalinidad va bajando hasta estabilizarse en un punto en el que ya es apto para el consumo.
¿Cual es el pH en ese momento y como medirlo en la práctica? Ese es un gran problema pues el jabón es sólido y no hay manera humana de medirlo sino existe un líquido de por medio, el líquido escogido influirá en el pH de la disolución en mayor o menor medida. Se tratará pues de un valor de referencia, es decir si yo empleo dicho procedimiento para un jabón sera válido para el siguiente, etc…el líquido que emplearemos es el más abundante, el agua y eso nos hará elevar los valores en los medidores que empleemos, sean tiras de papel o phmetros sofisticados, si utilizáramos alcohol p.ej., la solubilidad disminuiría y el ph bajaría. En el siguiente vídeo veréis como determinamos experimentalmente cuanto jabón disolveremos en agua y que valores obtenemos, con un jabón con mucho tiempo de curación, con la siguiente composición de oleatos de Caléndula:
- Aceite de oliva 46%
- Aceite de Coco 20%
- Aceite de Palma 14%
- Aceite de Girasol 14%
- Manteca de Cacao 6%
Sobre-engrasado del 8% y concentración del 29%
Determinamos pues como valor correcto (no pretendo crear un estándar pero si nadie lo ha hecho, alguien debía ser el primero) para efectuar una medición, una disolución del 1% del jabón a medir en agua destilada a 24ºC de temperatura.
En la siguiente fotografía podéis ver la medición con las tiras de papel indicador, es difícil apreciar una coincidencia del color de la tira con el del patrón, incluso si la inmersión es demasiado rápida como en el caso del vaso inferior izquierdo, nos puede engañar pareciendo incluso cercano al neutro. Desde luego hay que buscar tiras de más calidad. En estos ejemplos estamos considerando unos jabones con un más que cumplido tiempo de curación, pero si empleáramos jabón con 30 días nos gustaría asegurarnos plenamente.
Como quiera que el jabón empleado en el experimento era uno de Caléndula, con oleatos de la flor y una infusión de la misma, en vez de agua destilada, he repetido la experiencia con unos jabones conocidos por todos, no necesito poner los aceites empleados y sin aditivos de ningún tipo, extraeremos unas catas del interior, esta vez, además, la disolución la haremos con la columna a velocidad baja para que no nos haga espuma. Los jabones los conocéis todos y todas, son los más antiguos y elaborados:

SE 8% Conc. 28% pH 10.2

SE 8% Conc. 28% pH 10.2

Laurel 20% SE 5% Conc. 32% pH 10.2
Como podéis apreciar por los pies de foto, el resultado ha sido el mismo. Si se efectúa la medición por este procedimiento el resultado es ese y cuando comprobéis que el jabón que tenéis curando desciende a ese valor, ya está a punto.
Podríamos emplear un indicador líquido como la fenolftaleina de la cual hemos hablado en anteriores artículos y si disolviéramos el jabón en alcohol y le añadiéramos el indicador veríamos si existiera un viraje al rosa (8.2 pH) o no en la muestra, sería otra manera de calcular el pH más cercana a la realidad pero más farragosa de realizar. Como curiosidad existe un método de comprobación mediante la lengua: si pica, no está a punto.
Hemos despejado alguna duda respecto del pH y el jabón y todavía nos queda la evaluación del pH en las cremas caseras y los pHmetros, para esta parte hemos pedido ayuda y será materia del próximo artículo.