Deshidratación. Deshidratadora casera.

Para que la vida prospere, ésta necesita del agua, así pues uno de los mecanismos de conservación de nuestros vegetales para que no sufra el natural proceso de descomposición como alimento de insectos, ácaros, hongos y microorganismos en general, es la eliminación de aquella. Cuando recolectamos vegetales se produce un inevitable ataque enzimático que estaba controlado mientras la planta estaba viva y que a partir de su recolección empieza a producirse variaciones en los principios que contienen y que por tanto deberemos evitarlo lo más rápidamente posible. (recordaréis en el artículo sobre el gel de Aloe Vera como ese tiempo producía un pardeamiento hacia el violeta)

vegetales secándose al sol

Photo by abrinsky on Foter.com / CC BY-NC-SA  El secado al sol es lo más económico

Existen varios métodos para deshidratar (1):

 

La liofilización (2) consiste en congelar el vegetal y sublimar el agua a presión y temperatura adecuados. Es un proceso muy eficiente pero desgraciadamente no está al alcance de la cosmética casera.

La conducción es el proceso de trasmisión del calor por contacto directo de la fuente caliente a nuestro vegetal, es el más empleado, un ejemplo práctico es el horno de nuestras cocinas donde situamos las plantas en la bandeja del mismo y con la puerta ligeramente entreabierta y a una temperatura inferior a 45ºC procedemos al secado. El inconveniente es la zona de contacto del vegetal con la plancha puede alcanzar más temperatura nada recomendable para productos termolábiles.

La convección es el procedimiento más empleado en la industria y laboratorios, consiste en calentar aire y que éste atraviese la zona donde se encuentra nuestro vegetal. Cuando colgamos un ramillete en una habitación con poca humedad y que circule el aire estamos deshidratando por convección. El aire caliente puede contener varias veces más que el frío, la capacidad de retener humedad, ésta es removida mediante corriente de aire y el vegetal se deshidrata. Es el más eficiente y económico, sobre todo si se puede emplear energía solar. La convección va a ser el principio por el cual va a funcionar nuestra deshidratadora casera.

La radiación. La energía calorífica puede trasmitirse por radiación, todos conocemos este fenómeno, lo vivimos a diario, el sol situado a 150 millones de kilómetros nos envía su luz y calor atravesando ese inmenso vacío. También en la vida cotidiana tenemos ejemplos de radiación como los hornos microondas o una bombilla de filamento. En la práctica casera sería un buen método para sustancias no termolábiles.

Otros. Existen además procedimientos químicos para eliminar el agua de un compuesto, pero no nos serviría pues cambiaríamos una inocua agua por algún otro disolvente. Otra manera de deshidratar sería por ósmosis, lo habéis empleado en ocasiones para hacer extracciones por macerados y un ejemplo sencillo es la inmersión de frutas en almíbares de azúcar

Una vez escogido nuestro método, la convección, vamos a realizar una deshidratadora empleando algunos materiales reciclados y adquiriendo algunos otros. Necesitaremos:

  • una resistencia a ser posible circular y con un tamaño no superior a los 12 cm. con 500 wats sería más que suficiente, en el vídeo se empleó una excesiva de 1000 w.
  • un regulador de tensión
  • un trasformador de ordenador  que hayan tirado
  • unas pequeñas escuadras, tornillos, un poco de cable…
  • un tuper de plástico o metal  redondo de unos 20 a 30 cm de diámetro
  • tela mosquitera o rejillas ya hechas

Como veis son materiales a nuestro alcance y la fabricación es sencilla, lo mejor será verlo en el vídeo:

En el próximo artículo experimentaremos con la deshidratadora con algún vegetal para ver su eficacia y elaborar algún preparado que nos sea útil.

Bibliografía

(1) Deshidratación en alimentos Universidad  Milpa Alta (Lima)

(2) Tècniques avançades al laboratori químic Universitat de Barcelona

Secado de alimentos Unesco