Uno de los placeres que nos proporciona a todos los aficionados a la cosmética casera, es la elaboración de nuestros propios preparados que formarán parte más tarde de el producto final. Uno de los más agradecidos son los hidrolatos (las aguas florales son hidrolatos) y uno de los más deseados son los aceites esenciales. Ambos se pueden obtener con la destilación.
Obtener los primeros es relativamente fácil, los segundos son casi tarea imposible a nivel casero pues los vegetales con mayor rendimiento (Romero, Lavanda,..) pueden estar en torno al 2-3% en condiciones óptimas.
He visto en el blog de Texia como con unas cacerolas, un trapo, una tapa y cubitos de hielo realizan un poco de hidrolato de manera muy ingeniosa y esto me llevó a pensar en alguna manera de fabricar un destilador que no saliera caro que pudiera obtener una buena cantidad de producto y que además lo pudiera dividir en partes, para poderlo guardar, pues ocupará lo suyo. Como de costumbre los de laboratorio son muy caros y necesitan circulación de agua para refrigerar (cosa totalmente imposible).
Dificultad media (pues necesitamos ayuda externa por un tema, sino sería fácil)
El proyecto consta de dos partes: un generador de vapor y contenedor del vegetal y un recipiente y serpentín para enfriar el vapor y recoger el líquido. El resultado será un buen hidrolato y muy escasa recolección de aceites esenciales (1,5% – 0,5% en los vegetales mencionados) pues existe mucha pérdida en el camino hacía el frasco de recolección que se queda en el propio serpentín (luego, si no se va a seguir con el mismo producto vegetal, se puede limpiar con una destilación de agua y vinagre).
Podía haberlo hecho de hasta cuatro partes: generador de vapor, recipiente de vegetales, serpentín y bidón con líquido para refrigerar, pero ni vamos a estar con una instalación fija, ni tenemos un serpentín encapsulado, ni una habitación para nosotros solos. (la verdad es que si empiezo a juntar los armarios y las cajas y los huecos con material, los libros, el ordenador, el baúl de la terraza, el armario de las herramientas….)
Material:
Olla exprés de las antiguas, con salida de vapor vertical, no valen las nuevas con posición 1 ó 2 y salida lateral, la olla puede estar usada pero el interior ha de estar reluciente, el pitorro (válvula o chimenea) si está deteriorado se compra uno en la ferretería que vale muy poco y se quita y se pone con un destornillador y la goma que esté limpia y en condiciones. Yo compré la olla por 10 euros de segunda mano, pitorro y goma 2 euros más.
Canastillo: del tipo escurridera , o sea, que deje pasar el vapor pero que no tenga agujeros grandes, si fuera así le acoplas una rejilla de acero, en los chinos tienen una canastilla que si le quitas el borde encaja dentro de la olla que parece hecho adrede. La luz interior de la olla es de 22 cm de diámetro y para que podamos meter más carga vegetal es conveniente que sea de ese diámetro, así no caen las flores al agua, porque la canastilla debe estar separada del agua mediante una pieza cualquiera de acero inoxidable.
Tubo de cobre para el serpentín de 1/4 de pulgada por lo menos 3 metros, el de la foto casi tiene 4 metros. En milímetros un cuarto de pulgada son 6 milímetros y tiene que ser de esa medida pues tenemos que enrollarlo alrededor de una botella o un trozo de tubería gorda de las bajantes de las casas. Si fuera más gordo no se puede doblar sin que se chafe el tubo y no serviría. El tubo lo venden en las grandes superficies de empresas dedicadas al bricolaje: Leroy Merlin, BricoDepot, BricoMart …en rollos de 10, 15, 25 metros, pero también puedes hablar con algún instalador de aire acondicionado, pues ellos compran rollos más grandes y les suele sobrar vueltas que serían suficientes para nuestro serpentín.
Racor es una pieza de latón que se pone en los extremos de los tubos para después atornillar el extremo, yo tengo en el destilador que he hecho para grabar el vídeo, uno en una punta y otro en la salida del recipiente que es el importante para que no haya perdida del agua refrigerante. Los instaladores tienen y además tienen unos alicates que ensanchan el tubo para que acople al racor (abocardado). Si no tienes manera de hacerte con los racores puedes simplemente empalmar el tubo de silicona que va del pitorro de la olla a la punta del serpentín con una abrazadera, la otra parte del serpentín habría que hacer un agujero en el recipiente metálico (está resultando difícil encontrar una caja de chapa metálica tan grande), con una broca del mismo grosor y pondría soldadura fría (pegamento especial, yo gasto el Nural 21) para taponar las pérdidas que habrá alrededor del trozo final del serpetín, si el recipiente es de plástico probaría con un pegamento de silicona o similares, si la pérdida es muy pequeña no pasa nada (siempre y cuando caiga en el fregadero 🙂 En la parte de arriba del recipiente pones un alambre para centrar el serpentín.
Tubo de silicona un metro, o algo menos, que irá del pitorro de la olla hasta la punta del serpentín (el plástico serviría pero cuidado que tiene que aguantar una temperatura de 100 º y no me fío)
Recipiente enfriador de unos 15 litros que tiene que caber todo el serpentín y donde vamos a poner el agua y el hielo, yo uso unos bloques de plástico que venden en los chinos , los congelas y no hace falta ir con cubitos…necesitarás 10 ó 12 lo menos. El recipiente en el vídeo es de plástico trasparente para que veáis el interior, pero uno metálico de chapa fina, para poder atornillar el racor bien, sería ideal, en el de plástico, éste es grueso y no me deja apretar bien las tuercas y existe una pequeñísima pérdida que tape con soldadura fría (Nural 21).
Bombita de agua. Como el hielo flota y las placas suben, por eso le pongo una tapa al recipiente para que queden sumergidas. Resulta (misterios de la física) que hace más frío en el fondo del recipiente que en la superficie donde está todo el hielo, pero es donde llega primero el calor del vapor y lo que conviene es que el vapor pase de nuevo a líquido, cuanto antes mejor, la solución estar removiendo todo el rato JAJA. Una bombita de la de las fuentes ornamentales o de acuarios y un trozo de tubo de plástico nos resuelve el problema. (OJO no la pongáis en marcha sin estar sumergida en agua)
Bueno, como el rollo ha sido un poco largo y la explicación como mejor se verá, es con vídeos, en el capítulo siguiente subiré alguno. He de decir que la obtención de aceites esenciales ha sido mínima, experimental y testimonial. Sin embargo el subproducto que es el hidrolato o agua floral es de gran calidad, pues la canastilla permite una gran carga vegetal con respecto al agua destilada (puesto que se trata de una destilación, ¿porqué no gastar agua del grifo?, por el cloro).
EJEMPLO CON AZAHAR: el vapor a una temperatura de poco más de 100º , arrastra los volátiles con poquísimas impurezas, antes nos hemos dedicado a cribar y limpiar las flores de azahar que hemos recogido en su temprano estadio de capullo, esto es, porque su salida es justo posterior a la recogida del fruto, todavía en invierno, periodo en el cual no se practican fumigaciones durante unos meses y periodo en el cual el 90% de la flor caerá al suelo antes de la primavera por lo que los agricultores no tienen inconveniente en que coja la que quiera, después de un lavado para quitarle polvo y un repaso por si hubiera algún insecto o arácnido, la destilaremos y nos proporcionará un hidrolato intenso que en las cremas (eso las expertas) donde corresponda añadirlo, le dará una fragancia que no necesitará de aceites esenciales. Lo he probado con Romero, Lavanda, Malva, Menta, Te Verde, Hamamelis y los resultados son espectaculares. NO OS PERDÁIS EL SIGUIENTE CAPÍTULO.