La maceración es el proceso por el cual los principios activos que se encuentran en los vegetales difunden desde el interior celular al medio disolvente que lo envuelve completamente durante un determinado tiempo. Según el disolvente a la maceración se le conoce como alcohólica, lipídica (aceites, grasas…), hidrólica, glicólica, glicérica o combinaciones de algunas de ellas, en cualquier caso la maceración tiene unas características que hemos visto en anteriores artículos y en su elaboración diferentes procedimientos que varían de un artesano a otro.
La maceración en frío, tiene ventajas e inconvenientes a la hora de extraer determinados principios, así es más ineficaz a la hora de extraer diferentes principios frente a otros procedimientos de extracción, menos eficaz con sustancias livianas y mejor con pesadas, etc…pero en general contamos con un procedimiento que requiere poca técnica y utillería.
Una de las operaciones que hay que realizar si o si, es la dinamización. Como sabéis el paso de solutos (los principios que queremos extraer p.ej.) se realiza siempre desde la zona de más concentración hacia la de menos, por tanto cabría esperar que simplemente dejando el vegetal inmerso en el disolvente alcanzaremos el equilibrio sin hacer nada, esperando un tiempo pacientemente.
Sin embargo otros fenómenos físicos intervienen en el proceso, temperatura, gravedad, densidad, viscosidad,…un burdo ejemplo: si vierto en un recipiente dos vaso de agua uno salada y otro dulce nos dará una mezcla de agua algo salada, pero si yo vierto primero la salada y luego con muchísimo cuidado gota a gota la dulce, resulta que se queda flotando sin mezclarse, como ocurre en los acuíferos próximos a la costa que son explotados mediante pozos. ¿Qué ocurre cuando se sobre explota dicho pozo? la zona dulce es estrecha y las turbulencias mezclan y salinizan el acuífero.
Tenemos pues que ayudar a nuestro macerado y hacer que durante el periodo de maceración, todo el disolvente entre en contacto con el vegetal, evitando que por motivos que mencionábamos más arriba queden partes con gradientes diferentes de concentración, esto lo conseguimos agitando diariamente por lo menos nuestro macerado.
Para evitarnos, más los olvidos que la faena de agitación, he construido este agitador casero: dificultad fácil
materiales: un ventilador viejo de ordenador, un tupper de plástico que quepan los recipientes que usemos para las maceraciones, unos tornillos con tuercas, un tornillo de madera, 4 ventosas de plástico del baño, y un trasformador de 12 voltios (en los chinos hay por 5,50 euros unos con muchas salidas y voltajes)
Os pongo un vídeo casi en tiempo real de su construcción.
Lamento los fuera de plano ocasionales, afortunadamente es muy sencillo fabricarlo y como los ventiladores no gastan nada puedes construir y hacer funcionar a la vez sin ningún problema hasta 4 agitadores a la vez con el mismo transformador aprovechando las puntas, eso si el ruido será importante.